Cada uno de los talleres desarrollados toma como inspiración en la estrategia World Voice[1], la cual fue incorporada a la Fundación Nacional Batuta desde 2016 ampliando la perspectiva que ofrece la educación musical como elemento dinamizador para enriquecer la educación en general mediante la incorporación de actividades como el canto, la creación de canciones y el movimiento corporal como una forma eficaz de involucrar a los estudiantes en su proceso de aprendizaje, haciéndolo más divertido, dinámico y significativo.
Algunas de acciones que se pueden implementar en las aulas son:
Canciones para explicar conceptos: Una forma de dinamizar el aula es crear canciones que ayuden a los estudiantes a comprender conceptos académicos. Por ejemplo, para enseñar tablas de multiplicar, se pueden crear canciones rítmicas que las incluyan. Los niños y las niñas pueden cantar y repetir las multiplicaciones de forma divertida, lo que facilita la memorización. Lo mismo puede hacerse con temas de ciencias, historia o geografía, donde se incorporen datos o fechas importantes en una melodía pegajosa, ayudando a los estudiantes a recordar mejor la información.
Creación de letras de canciones sobre temas de clase: Otra actividad lúdica es pedir a los estudiantes que creen sus propias canciones o letras de canciones sobre un tema específico. Por ejemplo, si están aprendiendo sobre la naturaleza, pueden escribir una canción sobre los diferentes ecosistemas o los ciclos del agua. Esta actividad fomenta la creatividad, el trabajo en equipo y la comprensión profunda del contenido, ya que los estudiantes deben reflexionar sobre lo aprendido para componer la letra de la canción.
Juegos de ritmo y movimiento con música: Para dinamizar la clase y trabajar aspectos físicos y cognitivos, se pueden organizar juegos con música, como “el juego de las estatuas”, donde los estudiantes deben moverse al ritmo de la música y detenerse cuando esta se pare. Este tipo de juegos es ideal para mejorar la concentración, la coordinación y el sentido del ritmo. Además, pueden incorporarse ejercicios que impliquen la resolución de problemas o preguntas relacionadas con la materia en juego, lo que fusiona aprendizaje y actividad física.
Música como transición entre actividades: Las transiciones entre diferentes actividades en el aula pueden ser momentos clave para incorporar música. Se pueden usar canciones o fragmentos musicales que marquen el inicio y el final de una actividad, creando una rutina que los estudiantes asocien con el cambio de enfoque. Por ejemplo, al comenzar una nueva actividad, se puede utilizar una canción instrumental que calme y enfoque a los estudiantes, y al finalizar, una canción alegre que marque la finalización de la tarea. Este tipo de estrategias ayuda a mantener la fluidez y el ritmo en el aula.

[1] World Voice es un programa global que se adapta a las necesidades culturales y educativas de los países en los que opera y que puede utilizarse para ayudar a los niños a aprender un idioma extranjero, conocer diferentes culturas, mejorar su capacidad musical y mejorar su comprensión de otras materias. World Voice está diseñado para ayudar a los profesores a impartir el plan de estudios que ya imparten e introducir nuevas habilidades que les permitan mejorar la asistencia, el comportamiento, el bienestar y el rendimiento escolar de los niños a través del placer de cantar. También se ha utilizado con eficacia para garantizar la inclusión de alumnos con necesidades educativas especiales en la vida escolar.